Dice una sabia frase que circula por la red: el fútbol no me gusta, me gusta el Mundial, ¿la conoces?

Bueno, yo soy de esas, de las que pasan del deporte rey hasta…hasta que llega el Mundial y ahí si ya que no me puedo resistir a quedarme pegada a la TV durante los 90 minutos del partido.

¿Y por quién voy? Hmmm, difícil respuesta. Si alguna vez has leído mi bio sabrás que soy argentina de nacimiento, española de adopción e italiana de corazón, así que la cosa esta reñida ¿Por qué no pueden haber tres ganadores? Así estaríamos todos contentos, ¿verdad?

El ejemplo futbolero me viene fenomenal, porque en esto de la decoración de galletas me pasa lo mismo con los biberones y las mangas pasteleras: querría que ganaran los dos, ¡pero solo puede quedar uno!…bueno, quizás resulte un empate…ya veremos.

Si eres de las expertas decoradoras, estoy segura de que ya tendrás tus propias preferencias. Pero para quien empieza en el mundo de las galletas decoradas la pregunta siempre es la misma: ¿Qué uso, biberón o manga?

Por eso, como es una pregunta de difícil respuesta hoy te propongo analizar los pros y los contras de dos de las herramientas básicas para glasear galletas y que seas tú misma la que decidas con cuál te quedas.

¿Quién ganará la copa galletil? ¡Qué comience el juego!

Los biberones para glasa:

Pros:

Son geniales si eres aun inexperta en el uso de la manga pues son mas fáciles de manipular.
Con la practica, puedes usarlos solo con una mano.

Fáciles de llenar y rellenar (si son de los grandes).
Perfectos para glasear galletas con glasa de consistencia de relleno o flooding.

Los puedes usar para crear acentos y pequeños detalles, como en estas galletas de estrella.
Ideales para usar cuando solo necesitas pequeñas cantidades de glasa.
No existe el problema de pérdida de royal icing por el extremo.
Puedes usarlos para almacenar la glasa ya que la mayoría se venden con tapones intercambiables por las boquillas. Pero esto no te lo recomiendo, pues de un día para otro podría producirse el sangrado del royal icing (separación entre el agua y el azúcar).

Los puedes meter en el lavavajillas para lavarlos (eso si, retira antes la mayor parte de la glasa pegada) y luego sécalos muy muy bien.

Contras:

Al rellenarlos se suelen producir muchas burbujas. Puedes resolverlo introduciendo un palillo para mover la glasa y así deshacer esas burbujas de aire.
Son bastante difíciles de limpiar y despegar la glasa: si ésta se seca dentro debes dejarlos en remojo con agua caliente.
Si no optas por los blanditos (y de mayor capacidad) masajearlos para eliminar burbujas se hace casi imposible.
Los biberones de boca pequeña pueden resultar difíciles de rellenar si no usas un embudo, aumentando el desperdicio de glasa.

Si la glasa es de consistencia de delineado o stiff ¡olvídate!: será imposible que ésta salga por la boquilla.
La recuperación de glasa sobrante dentro del biberón es un trabajo de lo más pesado en los pequeños (yo suelo usar un cuchillo plano, pero siempre queda algo).
Normalmente la glasa no fluye correctamente cuando va quedando poca y hace falta darle un par de golpecitos para que baje.

Si quieres saber más acerca de los biberones, te recomiendo que visites el blog de la genial Callye de Sweet Sugarbelle, quien te cuenta en un completo post los diferentes tipos y tamaños de biberones para decorar galletas.

Las mangas pasteleras:

Pros:

Cuando acabas de usar la glasa y no queda más puedes tirar las mangas (si son de las desechables).
Si usas el truco del papel film para rellenar la manga con royal icing, tiras directamente el papel film y la manga queda limpia totalmente.

Son perfectas para realizar flores o bordes ya que controlas la presión.
Si sobra glasa, aprietas hasta que salga toda y ¡listo! Puedes recuperarla y usarla más tarde.
Una vez llenas, puedes masajearlas para eliminar las burbujas.


Para que la glasa fluya solo hace falta ejercer presión, sea cual sea la consistencia de ésta ¡No se atascan!

Contras:

Cuestan un poquito más de manipular si no has usado una en tu vida.
Son difíciles de limpiar si no usas el truco del papel film.
Generalmente, necesitas las dos manos para glasear, una que sostenga la manga y la otra de apoyo.

Si la glasa se acaba y tienes que continuar con la decoración de tus galletas tienes que desmontarlo todo y rellenarlas de nuevo.

A veces pasa…si no tienes precaución y no usas sujetadores o gomitas elásticas la glasa puede salirse por la parte de atrás.

Si eres nueva por aquí y todo esto te suena a chino, te recomiendo que te des una vueltita por la sección de tutoriales, donde tienes los posts dedicados a los primeros pasos en la decoración de galletas, entre los que están incluidos aquellos en los que te hablo de las consistencias de la glasa, las mangas y cómo montar la manga pastelera con el papel transparente o film.

Ok. Y entonces, ¿con cuál me quedo yo? Lo cierto es que a la hora de decorar mis galletas yo prefiero los biberones porque me aportan más control.

Los uso generalmente para delinear la galleta, cubrirla con glasa (si no sabes de que te hablo echa un vistazo a la entrada en donde te cuento cómo glasear una galleta) realizar lineas y puntos. Para decoraciones más complejas como flores, gotas y bordes de perlas (beading) las mangas me resultan mucho más útiles pues tengo mayor control sobre la presión y el detalle.

Y aunque sí es cierto que a la hora de la limpieza de los biberones siempre se me escapa algún leve improperio, prefiero sacrificar la limpieza en pos de la comodidad a la hora de decorar. A mí me compensa.

Hmm…me parece que no esta todo dicho ¿O sí? ¿tu qué crees?…¡esto es un empate en toda regla!

¿Y tu de quién eres? ¿De biberón o de manga? ¿Cuál es tu favorito? ¿Porqué? Déjame un comentario y házmelo saber.

¡Nos vemos!