Locura. No tengo otra palabra para describirlo.

Ya desde el minuto 1 en el que comencé a preparar estar receta sabia que la cosa iría bien.

Seguramente ahora mismo estarás pensando ¿qué está diciendo esta loca?. Si lo pensaste, tienes razón estoy loca: loca por estas galletas absolutamente pecaminosas.

La culpa de de ello la tiene fundamentalmente el aroma a toffee que desprenden ya en el momento en que estiras la masa. Es un aroma muy familiar para mi, que curiosamente nunca había podido identificar hasta que no llegó a mis manos este frasquito con el elixir del placer…Y no, no acabo de leer 50 Sombras de Grey.

Este aroma me trae recuerdos de cuando era niña, ya que durante mi tierna infancia mis padres siempre que volvían del trabajo, me traían unos bomboncitos llamados bocaditos Cabsha.

Si eres argentina ya sabes que estaban entre los dulces preferidos de los niños de la época: entre gallinitas, bolsitas de miel de colores, Sugus y algún que otro alfajor.

La cuestión es que cuando destapé la botellita, vi la luz. Era ese el perfume y el sabor.

No dude ni medio segundo en combinarlo para esta receta con crunchs de tres chocolates diferentes: blanco, con leche y puro. Pero tu puedes usarlo de mil maneras: ¡incluso en las galletas de dulce de leche!

¡Qué no sabes aún que son los crunchs! Pues una delicia que no puedes perderte: chocolate cortado en trocitos ¡Como si fueran pepitas pero más grandes! Yo he usado los de la marca Vahiné.

¿Quieres saber cómo combinarlos con el toffee? Pues aquí te dejo la receta, paso a paso:

Hmmmm, ¡ya van quedando pocas! ^^

¿Qué te han parecido estas galletas chocolatosas por los cuatro costados? Espero que te gusten tanto o mas que a mi. 

Si te apetece dejarme tu opinión, recuerda que te estaré esperando más abajo, en los comentarios. Ya sabes que me encanta leerte.